viernes, 23 de octubre de 2009

Tanboquitamía

Tanboquitamía
espesa su chocolate de labios
cuando recita su último verso
arde en renglones disparados
cuando inspirada
llueve sobre el cuaderno

es mariposa
en bicicleta
dispersando papeles
que caen de su mochilita
por la avenida

como vapor de locomotora
disemina poesía en los adoquines

se olvida sí
de artefactos
de avisos
de dineros y libros
en manos tan ajenas

se convierte en bataclana
de vestidos exóticos
y a carcajadas esconde
su última media lágrima

al volver a su cama
recuerda que no se ruborizaba
con el sexo
y guarda por enésima vez
el mantel ilucielado
en que no pudo servirle
su última cena

se sienta en su computadora
y graba en rasgos celtas
la justicia del que espera
en silencio

Tanboquitamía
juega con los colores
de mi pulsera cuerva
e inventa nuevos confines
en un bar

se mira la herida
de cuando la jalaron
hacia el fondo
y reza en cinco lenguas
por un intento de perdón
quemando nombres y adjetivos

Tanboquitamía
baila a los carnavales de la vereda de enfrente
lanza serpentinas papel picado
baila entre los loquitos de la murga
y vuelve cruzar
para caminar las veredas rotas
de su barrio
con dos girasoles de su mano
y cientos de niños
que la acarician a través de los años

Tanboquitamía
abre su blusa
se destorsa
saca piedras preciosas
de las vísceras
y se cierra otra vez
para que yo le de besos
a su cicatriz
y le diga:
ya va a sanar
ya va a sanar
ya va a sanar

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